Los humanos somos flojos. La mayoría de los avances tecnológicos nos han hecho flojos sin querer queriendo. Lo noté la primera vez que mi papá usó el control del carro para quitar el seguro de la puerta, y no la abrió para que yo me subiera. (sin rencores, pa) Ya hice una tesis (o un equivalente de baja calidad con pobre asesoría) sobre este fenómeno ante el lenguaje: por flojera reducimos todas las palabras orales y escritas, perdiendo toda la raíz léxica y cultura ortográfica. Ahora, en acciones:
No es por llevar la contraria, porque yo misma hago todo esto y más... Es que perdemos los modales, la educación, el sentido común y muchos valores cañones nomás por flojera. Tal vez todos terminemos como en Wall-E manejando esas cositas flotantes y hablando entre nosotros por videollamadas, comiendo y jugando todo el día. Ahhh pero qué a gusto se siente, ¿verdad? Te lo digo yo, pero sabes que es verdad. Emma es adicta a sus bocinas, su lap y a Spotify.
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AutorEcléctico, músico, cineasta y comentarista. Archivos |