Las mujeres y yo nunca hemos sido muy amigas que digamos... Sin importar si tenemos (más o menos) lo mismo entre las piernas, parece que son muy pocas, como dos o tres, con las que puedo hablar sin tener que cuidar mi humor. Nada me caga más que tener que dejar pasar la oportunidad de un mal chiste negro, racista o un albur. Me encanta alburear, y ni hablar de los chistes machistas. Hay mujeres que se indignan o me dicen que actúe diferente si alguien no me toma en serio; que me enoje y me ponga en plan de-- mujer, lo cual la neta no se me da... Yo lo he intentado por ellas, pero ¿por qué? ¿por qué chingados tengo que enojarme porque "alguien me usa" si yo no me siento usada? Me hacen dudar de lo que yo quiero y siento. Agradezco a esas mujeres enojonas que me dan los ovarios de cada día, pero ¿por qué sentirme insultada por algo que no me insulta? Es como esta necesidad de protección entre mujeres y de quedar bien ante la gente (coff coff hombres coff coff): dignas, altivas y perras. La verdad es que nunca he podido ser una perra. Siempre he dicho que me llevo mejor con los hombres, tal vez por eso todas las novias del mundo me borran de Facebook. Pero la verdad es que no. Disfruto más la compañía de los hombres para hablar, fiestear... Pero, ¿honestamente? te podría hablar de contados hombres que llamé mis amigos de verdad: a uno lo perdí hace mucho; otro nomás se desvaneció; otro fue mi novio y ya nada es igual...; y otro es mi novio ahora-- (eso cuenta como amigo). Así que no tengo muchos amigos tampoco. Y no lo digo con afán de lástima, no me estoy haciendo la víctima de nadie. Espero algún día rodearme de personas que aguanten los chistes de fresas, putas y Dios y que no piensen que quiero con ellas o con sus novios, sólo porque todo el tiempo hablo de sexo. Sé admirar traseros en la calle y puedo decir abiertamente que el sexo es mi tema favorito. Siempre. Aunque seas amiga de mi amiga y te acabe de conocer. (Vaya primera impresión je') Y todo esto, aunque pienses que sí, NO me hace una zorra. Recientemente una de mis amigas me dijo algo como: "No tenemos nada en común, no vemos los mismos programas, ni escuchamos la misma música, ni leemos los mismos libros o tenemos los mismos pasatiempos. Pero no nos juzgamos." Atesoro cada momento en el que he actuado como alcahueta, celestina o levanta-ánimos (y nada más) con cada una de las personas de mi vida, porque soy transparente. Sé ser hipócrita y parecer virginal, pero soy auténtica. O eso dice mi mami :3 No es intención del autor herir los sentimientos de las personas descritas anteriormente (si es que les queda el saco). Sorry. Not Sorry.
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Leí en Algarabía de Noviembre (que nadie me regaló) un artículo dedicado a los extranjeros que han vivido en la Ciudad de México y sus opiniones sobre nuestras costumbres en general1. Las que me gustaron más fueron:
La verdad me divirtió, pero me hizo pensar en los estereotipos mexicanos en ojos extranjeros. Como el hecho de que los mexicanos siempre usamos gabanes y sombreros, y bebemos tequila en las cantinas llenas de polvo, siempre hace calor y todo es desierto, nopales y sudor. Todos los hombres tienen bigote y siempre están sucios; y las mujeres o no se maquillan, o se maquillan demasiado (dependiendo de su amm oficio). En todas las fiestas hay piñata y mariachi, y se comen enchiladas o mole. El agua-- God! El agua siempre tiene que hacer daño. Si bebes agua mexicana te puedes morir (o cagar en los pantalones como en Sex and the City ). También, todos tienen que ver con las drogas, el narco, la violencia, las armas... Ahh, si supieran que aquí todos tienen una Mac (y los que no, nos morimos por una), casi nadie usa ropa hecha en México, meeenos gabanes. Y no dudo que hay personas que usan gabanes hechos en China :v En donde vivía, que no quiero decir (Los Reyes), la mayoría de las chavitas salen en su cuatri, enseñando la tanga y con una michelada en la mano (es un must), vistiéndose como las protagonistas de Pretty Little Liers, o algo así-- Todos hablamos en spanglish (a veces en espanglich). Y por muy "consume lo que México produce" que seamos, la gran mayoría de mexicanos no seguimos las tradiciones de nuestros antepasados, ni usamos su ropa, ni su dialecto, ni los hombres son tan machos y mujeriegos, ni las mujeres se dedican a hacer la comida y barrer. En esto no estoy en contra, es más un proceso de globalización y bla bla bla... El punto es que me parece cagado e irónico que todo el mundo nos ve como casi lo contrario a lo que somos. (Aunque vaya a las cantinas llenas de polvo y putas a beber tequila de vez en cuando). Creo que la mayoría de los extranjeros ven a México, como la mayoría de México los ve a ellos: si eres colombiano, eres narco; si eres canadiense, raro y demasiado amable; si eres chino, eres japonés; si eres alemán, eres militar; si eres holandés, estás drogado; si eres irlandés, eres Bono... Etc, etc. Yo nomás digo que así nos etiquetamos y está feito, ¿no? Anyway... conozco mexicanos que son más gringos que Costco, pero todos llevamos la fiesta en el alma (los mexicanos, nada más). Te lo digo yo, pero sabes que es verdad. 1Algarabía 134, Ideas: México visto por extranjeros, p.70, Nov. 2015. México. Emma González no se considera parte de la mayoría (en este caso). No es racista y pide una disculpa medio sincera si hizo pensar que lo es.
Los humanos somos flojos. La mayoría de los avances tecnológicos nos han hecho flojos sin querer queriendo. Lo noté la primera vez que mi papá usó el control del carro para quitar el seguro de la puerta, y no la abrió para que yo me subiera. (sin rencores, pa) Ya hice una tesis (o un equivalente de baja calidad con pobre asesoría) sobre este fenómeno ante el lenguaje: por flojera reducimos todas las palabras orales y escritas, perdiendo toda la raíz léxica y cultura ortográfica. Ahora, en acciones:
No es por llevar la contraria, porque yo misma hago todo esto y más... Es que perdemos los modales, la educación, el sentido común y muchos valores cañones nomás por flojera. Tal vez todos terminemos como en Wall-E manejando esas cositas flotantes y hablando entre nosotros por videollamadas, comiendo y jugando todo el día. Ahhh pero qué a gusto se siente, ¿verdad? Te lo digo yo, pero sabes que es verdad. Emma es adicta a sus bocinas, su lap y a Spotify.
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AutorEcléctico, músico, cineasta y comentarista. Archivos |